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domingo, 23 de septiembre de 2012

Las sirenas de las fábricas de Pueblo Nuevo llaman al combate


LAS SIRENAS DE LAS FÁBRICAS DE PUEBLO NUEVO LLAMAN AL COMBATE.
la gente del Poblenou se reúne en el viejo campo del Júpiter enfrente de la casa de Oliver...
A las cuatro y cuarto de la madrugada del 19 de Julio de 1936 las tropas del cuart

el del Bruc, en Pedralbes, habían salido a la calle, dirigiéndose por la Avenida 14 de abril (hoy, Diagonal) hacia el centro de la ciudad.
Los obreros, apostados en las inmediaciones de los cuarteles, tenían órdenes de dar el aviso y de no hostigar a los soldados hasta que no estuviesen ya muy alejados de los mismos.
La táctica del Comité de Defensa Confederalhabía acordado que sería más fácil batir a la tropa en la calle que si permanecía atrincherada en los cuarteles.
El campo de fútbol del Júpiter de la calle Lope de Vega fue utilizado como punto de encuentro desde el que iniciar la insurrección obrera contra el alzamiento militar, por la cercanía del domicilio de la mayoría de anarquistas del grupo "Nosotros" y la enorme militancia cenetista existente en el barrio.
El Comité de Defensa de Pueblo Nuevo había requisado dos camiones de una cercana fábrica textil, que fueron aparcados junto al campo del Júpiter, que los anarquistas probablemente utilizaban también como arsenal clandestino.
Gregorio Jover vivía en el número 276 de la calle de Pujades.
Ese piso, durante toda la noche del 18 al 19 de julio, se había convertido en el lugar de encuentro de los miembros del grupo "Nosotros",en espera del aviso de la salida a la calle de los facciosos.
Acompañaban a Jover, Juan García Oliver, que vivía muy cerca, en el número 72 de la calle Espronceda, casi esquina a Llull; Buenaventura Durruti, que vivía a un kilómetro escaso, en la barriada del Clot; Antonio Ortiz, nacido en el barrio de La Plata de Pueblo Nuevo, en el chaflán de las calles Independencia/Wad Ras (ahora Badajoz/Doctor Trueta); Francisco Ascaso, que vivía también muy cerca en la calle San Juan de Malta; Ricardo Sanz, también vecino de Pueblo Nuevo; Aurelio Fernández y José PérezIbáñez "el Valenciá ".
Desde el piso de Jover alcanzaba a verse la valla del campo del Júpiter, junto a la que estaban aparcados los dos camiones.
A las cinco de la mañana llegó un enlace comunicando que las tropas habían empezado a salir de los cuarteles.
Las calles Lope de Vega, Espronceda, LLull y Pujades, que rodeaban el campo del Júpiter, estaban repletas de militantes cenetistas armados.
Una veintena de los más curtidos, probados en mil luchas callejeras, subieron a los camiones. Antonio Ortiz y Ricardo Sanz montaron una ametralladora en la parte trasera de la plataforma del camión que abría la marcha.
Las sirenas de las fábricas textiles de Pueblo Nuevo comenzaron aullar, llamando a la huelga general y la insurrección revolucionaria, extendiéndose a otros barrios y a los barcos surtos en el puerto.
Era la señal acordada para el inicio de la lucha.
Y esta vez la alarma de las sirenas cobraba su significado literal de tomar las armas para defenderse del enemigo: "a las armas".
Los dos camiones, bandera desplegadas, seguidos de un cortejo de hombres armados cantando " Hijos del Pueblo" y " A las Barricadas" animados por los vecinos desde los balcones.
Foto: LAS SIRENAS DE LAS FÁBRICAS DE PUEBLO NUEVO LLAMAN AL COMBATE. 
la gente del Poblenou se reúne en el viejo campo del Júpiter enfrente de la casa de Oliver...
A las cuatro y cuarto de la madrugada del 19 de Julio de 1936 las tropas del cuartel del Bruc, en Pedralbes, habían salido a la calle, dirigiéndose por la Avenida 14 de abril (hoy, Diagonal) hacia el centro de la ciudad. 
Los obreros, apostados en las inmediaciones de los cuarteles, tenían órdenes de dar el aviso y de no hostigar a los soldados hasta que no estuviesen ya muy alejados de los mismos. 
La táctica del Comité de Defensa Confederalhabía acordado que sería más fácil batir a la tropa en la calle que si permanecía atrincherada en los cuarteles.
El campo de fútbol del Júpiter de la calle Lope de Vega fue utilizado como punto de encuentro desde el que iniciar la insurrección obrera contra el alzamiento militar, por la cercanía del domicilio de la mayoría de anarquistas del grupo "Nosotros" y la enorme militancia cenetista existente en el barrio. 
El Comité de Defensa de Pueblo Nuevo había requisado dos camiones de una cercana fábrica textil, que fueron aparcados junto al campo del Júpiter, que los anarquistas probablemente utilizaban también como arsenal clandestino.
Gregorio Jover vivía en el número 276 de la calle de Pujades. 
Ese piso, durante toda la noche del 18 al 19 de julio, se había convertido en el lugar de encuentro de los miembros del grupo "Nosotros",en espera del aviso de la salida a la calle de los facciosos.
Acompañaban a Jover, Juan García Oliver, que vivía muy cerca, en el número 72 de la calle Espronceda, casi esquina a Llull; Buenaventura Durruti, que vivía a un kilómetro escaso, en la barriada del Clot; Antonio Ortiz, nacido en el barrio de La Plata de Pueblo Nuevo, en el chaflán de las calles Independencia/Wad Ras (ahora Badajoz/Doctor Trueta); Francisco Ascaso, que vivía también muy cerca en la calle San Juan de Malta; Ricardo Sanz, también vecino de Pueblo Nuevo; Aurelio Fernández y José PérezIbáñez "el Valenciá ". 
Desde el piso de Jover alcanzaba a verse la valla del campo del Júpiter, junto a la que estaban aparcados los dos camiones. 
A las cinco de la mañana llegó un enlace comunicando que las tropas habían empezado a salir de los cuarteles. 
Las calles Lope de Vega, Espronceda, LLull y Pujades, que rodeaban el campo del Júpiter, estaban repletas de militantes cenetistas armados.
Una veintena de los más curtidos, probados en mil luchas callejeras, subieron a los camiones. Antonio Ortiz y Ricardo Sanz montaron una ametralladora en la parte trasera de la plataforma del camión que abría la marcha. 
Las sirenas de las fábricas textiles de Pueblo Nuevo comenzaron aullar, llamando a la huelga general y la insurrección revolucionaria, extendiéndose a otros barrios y a los barcos surtos en el puerto. 
Era la señal acordada para el inicio de la lucha. 
Y esta vez la alarma de las sirenas cobraba su significado literal de tomar las armas para defenderse del enemigo: "a las armas". 
Los dos camiones, bandera desplegadas, seguidos de un cortejo de hombres armados cantando " Hijos del Pueblo" y " A las Barricadas" animados por los vecinos desde los balcones.