La literatura dadaísta impone el azar como medio para escribir, pero sin embargo mantiene sustratos de
coherencia, lo que permite que la mayoría de sus escritos sean entendibles, aunque no todos. Por ejemplo, al leer el Primer Manifiesto Dadá (año) es claro lo que Tzara intenta comunicar, aunque descifrarlo se torne difícil por momentos. En “Siete Manifiestos Dadá”, Tzara propone al lector una fórmula infalible para escribir poemas:
Tome un periódico
Tome unas tijeras
Elija en ese periódico un artículo que tenga la extensión que usted quiera dar a su poema
Corte el artículo
Corte en seguida con cuidado cada una de las palabras que constituyen ese artículo y póngalas en una bolsa
Agite suavemente
Extraiga luego cada trozo uno tras otro en el orden en que salen de la bolsa
Copie concienzudamente
El poema será la viva imagen de usted
Y usted será “un escritor infinitamente original y de una exquisita sensibilidad, aunque el vulgo no lo comprenda”
Los dadaístas emplean juegos de palabras, onomatopeyas, con un amplio uso de metáforas y comparaciones. También relacionan las palabras no por significado sino por su sonido, es decir que escriben oraciones enteras en que los términos no se vinculan por su sentido técnico. Estos métodos, sin embargo, no incluyen a todos los escritos. Estos pueden ser divididos entre los que respondían con exactitud a todos los métodos de la poesía dadaísta inicial, y los que tendían a alejarse de ellos, para lograr composiciones apenas más tradicionales.
Los primeros se caracterizan por respetar la sintaxis en muy pocas ocasiones. En cambio, predomina la asociación libre de imágenes, las onomatopeyas, e incluso la enumeración de objetos que llevan a cabo acciones. Los siguientes poemas son los más destacados dentro de esta categoría:
El domador de leones recuerda:
mírame y se color
más tarde
tu reír como sol por liebres por camaleones
aprieta mi cuerpo entre dos líneas anchas que el hambre sea claridad
duerme duerme ¿ves? Somos pesados antílope azul sobre glaciar oreja en las piedras bellas fronteras oye la piedra –
viejo pescador frío grande con letra nueva aprender las muchachas de hilo de hierro, y azúcar giran largamente los frascos son grandes como los parasoles blancos oye rueda rueda roja
en las colonias
recuerdo olor de limpia farmacia vieja sirvienta
caballo verde y cereales
cuerno grita
flauta
equipajes corrales oscuros
muerde sierra ¿quieres?
horizontal ver
Triztan Tzara, año 1918
Sonido poético
Gaddi beri bimba
Glandridi lauli lonni Cajori
Gadjama bim beri glassala
Glandridi glassala tuffm i zimbrabim
Blassa galassasa tuffm i zimbrabim...
(Hugo Ball, año 1916)
Este último es un ejemplo de poesía fonética o sonora. Esta es aquella que evita utilizar las palabras como forma de componer un texto. Está estructurado en sonidos que precisan una realización acústica, ya que posee una estrecha conexión con la música: en ellos se desarrollan los elementos básicos, intensidad, tiempo, tono, sonido.
Fue el futurismo quien comenzó el trabajo, al eliminar los adjetivos, verbos, y signos de puntuación, hasta llegar a la base más primitiva del idioma, pero fueron los dadaístas quienes profundizaron en este tipo de poesía. Hugo Ball leyó por primera vez su poema “Gadgi beri bimba” en el Cabaret Voltaire:
gadji beri bimba glandridi laula lonni cadori
gadjama gramma berida bimbala glandri galassassa laulitalomini
gadji beri bin blassa glassala lalula lonni cadorsu sassala bim
gadjama tuffm i zimzalla binban gligla wowolimai bin beri ban
o katalominai rhinozerossola hopsamen laulitalomini hoooo
gadjama rhinozerossolola hopsamen
bluku terullala blaulala loooo
zimzim urullala zimzim urullala zimzim zanzibar zimzalla zam
elifantolim brussala bulomen brussala bulomen tromtata
velo da bang bang affalo purzamai affalo purzamai lengado tor
gadjama bimbalo glandridi glassala zingtata pimpalo ögrögöööö
viola laxato viola zimbrabim viola uli paluji malooo
tuffm im zimbrabim negramai bumbalo negramai bumbalo tuffm i zim
gadjama bimbala oo beri gadjama gaga di gadjama affalo pinx
gaga di bumbalo bumbalo gadjamen
gaga di bling blong
gaga blung
Luego encontramos los poemas que no llevan tan lejos la simplificación de los idiomas. Respetan en mayor medida las reglas de sintaxis, se vuelven más fáciles de entender, más coherentes. La característica más importante de estos poemas es que respetan dos elementos de la poesía tradicional, la rima y el ritmo. Es importante señalar que esto no fue una evolución a través del tiempo, en el que gradualmente se volvieron más tradicionales, sino que fueron contemporáneos, y un artista en un mismo mes creaba un poema fonético y un poema del tipo de El domador de Leones Recuerda. Ejemplos perfectos de esto son los siguientes escritos:
Canción Dadá:
I
la canción de un dadaísta
que tenía dadá en el corazón
cansaba demasiado su motor
que tenía dadá en el corazón
el ascensor llevaba un rey
pesado frágil y autónomo
cortó su gran brazo derecho
lo envió al papa en roma
por ello
el ascensor
ya no tenía dadá en el corazon
coman chocolate
laven su cerebro
dadá
dadá
beban agua
II
la canción de un dadaísta
que no era alegre ni triste
y amaba una bicicleta
que no era alegre ni triste
pero el esposo el primer día del año
sabía todo y en una crisis
envió al vaticano
sus dos cuerpo en tres valijas
ni amante
ni ciclista
eran ya ni alegres ni tristes
coman buenos cerebros
laven a su soldado
dadá
dadá
beban agua
III
la canción de un biciclista
que era dadá de corazón
que era por ello dadaísta
como todos los dadás de corazón
una serpiente llevaba guantes
cerró pronto la sopapa
se puso guantes de piel de serpiente
y fue a abrazar al papa
es conmovedor
vientre en flor
ya no tenía dadá en el corazón
beban leche de pájaro
laven sus chocolates
dadá
dadá
coman ternero
El literato:
Soy el gran mayo Vauvert.
Voy y vengo sobre cien llamas.
Me arrodillo ante los altares de arena.
Estrellas violetas hay en mi túnica.
El tiempo sale de mi boca.
Abarco la Humanidad con ojos y oídos.
Soy el falso profeta de las profundidades
que habita bajo las ruedas del sol.
Desde los mares, precedido por oscuras trompetas,
vuelo entre los vapores del reino de la mentira
Golpeo el tímpano con gran ruido.
Cuido de los cadáveres en las cascadas.
Soy el secreto hereje sonriente
Le he cantado a la histeria
en sus distintas formas.
Un burlón, un poera, un literato:
a las palabras doy estado permanente.
Hugo Ball, año 1916
Vale resaltar que Hugo Ball escribió ambas obras (El Literato y Sonido Poético) con meses de separación.
Toda esta innovación dentro de la literatura y el teatro acentuó los llamados espectáculo-provocación. La forma escénica de manifestar el arte es parte importantísima de la ideología dadá. Las obras teatrales más importantes realizadas por estos artistas fueron El corazón de Gas, del año 1921, que fue dividida en tres actos y carecía de una línea argumental, y cuyos personajes eran ridículos y los diálogos estúpidos, alternados con pedazos de poesía, y Pañuelo de nubes, de 1924, que encara los problemas de la poesía de forma crítica.
En cuanto a las novelas, el dadaísmo no pareció incursionar mucho en el área. Tzara y Ball escribieron ensayos, pero Tzara interrumpió el suyo por insatisfacción, que se llamaba Jueguen sus juegos, en 1923, y Ball terminó pero no publicó “La historia de la putrefacción de nuestros días”.
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